Edgar Bernal. Maestro artesano platero, especialista en la técnica de Obra Plana

Textos: Claudia Ariza Zuluaga

Fotografías: Nereyda Comas, año: 2012

* Este escrito fue elaborado por Claudia Ariza Zuluaga a partir de: la entrevista realizada al maestro Edgar Bernal en el año 2016 por Carolina Ospina, Inés Alba, Luz Mery Heredia, Camila Díaz, Gloria Tamayo y Martha Rodríguez, estudiantes de Platería de la Escuela de Artes y Oficios Santo Domingo, con la asesoría de Nereyda Comas docente de Historia del Oficio; la ponencia Rescate de técnicas en el olvido de los maestros Edgar Bernal y Jesús Molina en el 7º Encuentro Hispanoamericano de Plateros (Bogotá. EAOSD, 2017); y del ejercicio de investigación del curso Metodologías de investigación dirigido por las docentes Nereyda Comas y Laura Sánchez (EAOSD, 2017).
El maestro artesano Edgar Bernal, platero y especialista en la técnica de Obra Plana, nació en Bogotá en la década de 1950. Desde ese momento estableció una estrecha relación con el centro de la ciudad, pues allí se crio y es allí en donde vive y trabaja, hecho que no es fortuito si se tiene en cuenta que este sector de la ciudad es una zona de tradición artesanal. Si bien, su primer acercamiento al oficio de la platería no fue por gusto propio, pues fue la excusa y herramienta que empleó su padre para tenerlo ocupado durante las vacaciones escolares, su conocimiento del metal se ha afianzado con los años, al punto que hoy en día es uno de los pocos maestros artesanos que domina y enseña la técnica de la Obra Plana, reconocida en otros tiempos en el mundo de la platería como “la reina de las técnicas”. Al igual que muchos, su aprendizaje se dio a partir de la observación y de la práctica que templa el carácter y hace habilidoso al artesano. Primero, pasó largos ratos contemplando a su padre labrar piezas de metal que llevaba a casa después de su jornada laboral en una de las grandes platerías de la ciudad. Segundo, tuvo la posibilidad de sumar experiencia en una época en la que se exhibían con orgullo objetos domésticos en plata, razón por la cual el trabajo de los plateros tenía una amplia demanda, lo que imposibilitaba un aprendizaje pausado del oficio. Había que pulirse en la marcha y aprovechar los tiempos de bonanza que llegaron a su ocaso en la década de 1990, entre otras cosas, producto de la apertura de Colombia al mercado internacional y de la guerra contra el narcotráfico que trajo incautaciones de un gran volumen de piezas en plata, lo que terminó por desestimar el uso de este metal en los menajes domésticos. De esta manera, en la época dorada de la platería en Colombia el maestro Edgar no tuvo tiempo de modelar prototipos, de bocetar ideas propias o de aprender con base en el ensayo y error; por el contrario, tuvo que poner toda su atención en trabajar sobre piezas de encargo cuyo diseño lo establecía el mercado, lo que no resta importancia a su labor. Aunque el oficio le haya llegado más como una tarea impuesta por su padre para tenerlo ocupado y aunque en sus inicios no le haya seducido la técnica de Obra Plana, ni ninguna para ser más exactos, pues en plena adolescencia lo que quería era divertirse, el hecho de que su padre le asignara un sueldo fue el incentivo perfecto para aprender sin reparo. Con lo devengado podía salir con sus amigos y vestir según los dictámenes de la moda de la década de 1960, época de cocacolos y rock and roll criollo. Así, al son del martillo -tras largas jornadas en el taller- se pulió en el oficio y, a su vez, pudo lucir en los bailes y ratos de ocio -que recuerda con alegría- los buzos de cuello alto tipo Cesar Costa, los famosos “pantalones de vena” y las botas de tacón cubano. En suma, su inmersión en el mundo del trabajo tras jornadas de seis u ocho horas en el taller, o hasta 12 en épocas de amplia demanda como fin de año, le llevaron a terminar sus estudios de secundaria en la noche y a ver en el oficio una opción de vida. Como platero tuvo que aprender a calar, recocer, soldar… y como obraplanista a elaborar objetos tridimensionales a partir de modelar por golpe láminas de metal. A diferencia de la técnica de Batido con la que se crean volúmenes mayores en los que emergen las huellas del martillo con mayor libertad y fuerza, en la Obra Plana (a través de la que se labran platos, bandejas u otros objetos de menor volumen) el golpe repetitivo y armónico del martillo, casi imperceptible en la pieza final, se convierte en una tarea de gran paciencia y delicadeza para no lastimar el material, para tratar con respeto a la plata: material insigne en el oficio y “dama de los metales” -como solía llamarla su padre-. Pues bien, la experiencia del maestro Edgar se convierte en un valioso testimonio de vida y en ejemplo de un hacer manual subvalorado por un sistema de producción que privilegia los objetos manufacturados. Precisamente, su trayectoria después de 50 años en el oficio de la platería y de más de 20 años dedicado a la enseñanza de una técnica que se encuentra en vía de extinción, lo convierten en representante idóneo de un arte por medio del cual ha establecido un diálogo con el metal y contado historias a cada golpe de martillo.

One Reply to “Edgar Bernal. Maestro artesano platero, especialista en la técnica de Obra Plana“

  • Claudia Mejía Cuéllar:

    Lo recuerdo muchísimo fui parte del último grupo que dirigió en la Escuela de Artes y oficios Santo Domingo, una persona encantadora muy cálido, amable y simpático.
    Me alegre mucho leyendo este texto y nuevamente recordarlo.

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